Tenía ganas de ponerles en la habitación un medidor, sobre todo de cara a la próxima semana que quiero medir a Leo cuando empiece en «la clase de mayores» y volverle a medir cuando termine el curso.
La verdad es que el medidor no pega mucho con la habitación, por eso lo hemos puesto detrás de la puerta, pero a Leo le ha encantado.